Les contamos que ambos hemos pasado metidos en los libros, estudiando y preparando proyectos de tesis, ensayos y trabajos para nuestras clases. Menos mal que hicimos el viaje por Sur América antes de venir, porque si no, hermaaaano, creo que no hubieramos jalado jejeje.
En Columbus los días de verano ya pasaron. Disfrutamos de dos semanas de otoño, durante las cuales las hojas de los árboles nos dieron un espectáculo de colores antes de caerse por las calles y las veredas de la ciudad. Sin embargo el otoño fue corto. Desde ayer el clima ya se mantiene entre 2 y 12 grados Celsius. Ya se han de imaginar - cada mañana Nicolle jura que ve nieve y cada mañana Javier le explica que lluvia fría no equivale a nieve. Ambos nos sentimos agradecidos por el calentandor que nos mandó la mamá de Nicolle, que calladito, gira y gira y poco a poco calienta nuestra casita sin descansar. Es magnífico, ya no saben qué inventar.
Así que, dado que pronto las calles estarán cubiertas de nieve, aprovechamos para mandarles unas fotos de nuestra vida pre-invierno (cuando todavía nos gustaba salir afuera jeje).
Un abrazo,
Nicolle y Javier
Compramos calabazas en el mercado de Clintonville
Javier lava la lechuga y la espinaca que compramos en el mercado
Salimos de paseo en las bicis y pasamos por el cementerio de Olentangy
El "Chaquiñan" de Columbus pasa por el río Olentangy
Nicolle se confunde porque no encuentra el mote con chicharrón jeje
Esta foto más o menos representa nuestra vida en estas últimas semanas: libros, zapallos, estudio y choclo.
Nos dividimos los cuartos para la limpieza. Esta vez a Javier le tocó el baño, nótase su felicidad jejeje
Alistamos el cuarto de huéspedes para Johannes, el amigo alemán de Javier (y se nos olvidó tomar una foto con él, pero les juramos que de verdad durmió ahí!)
Disfrutamos de un muffin de calabaza con café :)
EL Javi sobre el puente que pasa por encima del río Olentangy, frente a la Universidad